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Carlos Martín Jiménez aprendió el oficio de su propia familia, dedicada a él desde hace generaciones. Ha construido o restaurado hasta la fecha más de 300 bóvedas, convirtiéndose en uno de los más reconocidos maestros bovederos del mundo. Su destreza y profundo conocimiento de la materia le han llevado a colaborar con prestigiosos arquitectos nacionales e internacionales, tales como Sir Norman Foster, con quien realizó la bóveda del aeropuerto para drones que se erigió en la pasada Bienal de Venecia.
Además, ha construido o reconstruido bóvedas y cúpulas en numerosos monumentos españoles, siendo especialmente notorios sus trabajos en la reconstrucción de distintos edificios históricos de Alcalá de Henares, tales como la capilla del seminario de los Santos niños Justo y Pastor, el Colegio San Basilio Magno o el Convento de San Juan de la Penitencia, así como las bóvedas de el aljibe del Castillo de Jadraque, Guadalajara, las de la Bodega del Valdemonjas de Quintanilla, Valladolid, o las de la Capilla de San Felipe de Novelda, Alicante.
Pero Carlos no sólo ha destacado como maestro bovedero, sino que ejerce también el oficio de yesaire. Esta faceta, además de llevarle a restaurar o reconstruir las yeserías de numerosos edificios, le ha permitido trabajar no sólo con bóvedas de ladrillo, sean éstas tabicadas o de otros tipos, sino que también le ha llevado a dominar una técnica tan propia de la arquitectura de nuestro país como ampliamente desconocida hoy en día: la de las bóvedas o cúpulas encamonadas.
Manuel Navarrete no es un carpintero ebanista convencional. Desde su taller de Torrelavega, en Cantabria realiza desde 1984 artesonados y carpintería de armar, pavimentos singulares, escaleras, y otros trabajos en madera. Pero, además, ha desarrollado una singular labor en una rama casi extinta de este oficio: la de los mecanismos de molinos, batanes y otros artificios de madera.
Junto con la restauración y reconstrucción de diversas maquinarias de madera, tales como el batán o pisa de Ledantes, el molino harinero de Yermo-Cartes, o sus trabajos de conservación en el mecanismo hidráulico de la ferrería del Cades, todos ellos en Cantabria. Entre sus obras destacan también sus múltiples trabajos de restauración en el Seminario Mayor de la Universidad Pontificia de Comillas, la reconstrucción del chapitel de la Colegiata de San Miguel de Alfaro, en La Rioja, y la restauración de la cubierta de la Iglesia de San Miguel de Rasines, en Cantabria.
Comenzó su aprendizaje del oficio a la temprana edad de 13 años en distintos talleres artesanos tradicionales de Madrid (toneleros, carromateros, carpinteros, ebanistas…). Sobre la base de lo aprendido con estos desaparecidos maestros, su inquietud le llevó a seguir siempre aprendiendo de forma prácticamente autodidacta, investigando sobre temas como la carpintería de tradición hispano-musulmana, el diseño y la construcción de escaleras helicoidales o los procesos de diseño y elaboración de sillas artesanas.
Pedro Antonio y Jesús Blanco Ubalde son dos hermanos que con su firma “Ubedíes Artesanía” trabajan el esparto a mano para recuperar los productos y la fabricación artesanal de esta fibra vegetal. Pertenecen a la cuarta generación de una familia de artesanos ubetenses dedicados a este oficio desde aproximadamente el año 1900.
Su labor es buena muestra de cómo aún hoy se puede dotar a los espacios de confort y calidez sin recurrir a productos sintéticos. Y es que el esparto no sólo es un material biodegradable, sino que además su recolección permite a la planta de la que se obtiene, la atocha, fortalecerse y seguir reproduciéndose. Esta característica le otorga un elevado valor medioambiental y la posiciona como una de soluciones que se proponen internacionalmente para las zonas afectadas por la desertización. Además, conforma un paisaje que define la identidad de diversas regiones secas de la Península Ibérica y el Magreb, que se perdería progresivamente sin su explotación.
El esparto se trabaja en crudo, tras haberlo dejado secar varios días después de su obtención. Con él se hacen diversas clases de trenzados, entre los que destacan la pleita y el punto de capacho o cofín. La pleita es un trenzado con forma de cinta. Estas cintas se cosen con hilo de cáñamo para obtener elementos como persianas, cortinas, esteras, zócalos, etc. El punto de capacho o cofín es un trenzado con el que se realizan esteras o alfombras sin necesidad de ser cosidas. Para obtenerlo se realiza una espiral de ramales o grupos de esparto, por lo que se puede trabajar con formas circulares u ovaladas.
Los hermanos José y Francisco Garrido Rus, antes acompañados de su padre, de quien aprendieron el oficio, trabajan el hierro en la fragua de su taller, Forja Tiznajo. Alimentada aún hoy con carbón mineral, siguen moldeando en ella el hierro mediante golpeo sobre el yunque, con la ayuda de martillos, mazas y tenazas, y uniendo las piezas del modo tradicional, a base de remaches, abrazaderas o el soldado a la calda, técnica que consiste en calentar los extremos de las piezas a unir, casi hasta el punto de fusión del hierro y unirlos a golpe de martillo, hasta conseguir una única pieza.
De este modo, han forjado y restaurado con singular maestría verjas y rejas de estilo gótico y renacentista, entre otros muchos trabajos, pudiéndose destacar la verja de la Iglesia de Santa Ana, en Barcelona, las rejas renacentistas del Castillo de Canena, la verja renacentista del Museo de Olula del Río, Almería, y la réplica de la veleta del siglo XV en el Palacio de los Condes de Guadiana, en Úbeda.
Buscan promover la artesanía local frente a los productos manufacturados importados, llegando a colaborar con el ayuntamiento de Úbeda en la creación de la marca de calidad de la artesanía de esta localidad, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Se publicó con motivo de la Ceremonia de Entrega de los Premios del Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus y de los Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción 2017, así como de la inauguración de la Exposición Nueva Arquitectura Tradicional – MMXVII en la que se mostraron los trabajos de los premiados en ambas iniciativas desde el 14 de junio al 23 de julio de 2017 en la Arquería de los Nuevos Ministerios de Madrid.
Esta publicación recoge los resultados de ambas iniciativas, convocadas por INTBAU (International Network for Traditional Building, Architecture and Urbanism), en colaboración con el Ministerio de Fomento, a través de la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, el Premio Rafael Manzano y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.
El miércoles 14 de junio tuvo lugar en la Arquería de Nuevos Ministerios la entrega de los Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción.
La Ceremonia estuvo presidida por D. Julio Gómez-Pomar, Secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda; D. Luis Lafuente, Director General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural; D. Richard H. Driehaus; Dña. Harriet Wennberg, Directora de INTBAU; D. Alfonso Samaniego, Vicepresidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España y D. Alejandro García Hermida, Coordinador y Presidente del Jurado de ambas iniciativas.