Javier Cenicacelaya e Íñigo Saloña

Premio Rafael Manzano

2014

El Premio Rafael Manzano 2014 recayó en los arquitectos bilbaínos Javier Cenicacelaya e Íñigo Saloña en reconocimiento a sus trabajos tanto de obra nueva como de rehabilitación, siempre respetuosos con el paisaje local y las tradiciones arquitectónicas de los lugares en los que se asientan, y a su defensa durante décadas de las arquitecturas clásicas y vernáculas a través de múltiples conferencias, exposiciones y publicaciones.
Vídeo realizado por Irene Pérez-Porro Stillman presentando la obra de Javier Cenicacelaya e Íñigo Saloña, por la que han sido galardonados con el Premio Rafael Manzano 2014.

Biografía

¿Quiénes son?

Javier Cenicacelaya (1951) e Íñigo Saloña (1958) obtuvieron el título de arquitecto en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra en 1975 y en 1981 respectivamente. Cenicacelaya recibió también el título de Máster en Diseño Urbano por la Escuela de Arquitectura de Oxford en 1978 y se doctoró por la Universidad de Navarra en 1984. Ambos han sido Visiting Scholars del Institute for the Arts and the Humanities de la Fundación John Paul Getty de Los Ángeles y han impartido clase en la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Pais Vasco, donde Javier Cenicacelaya es Catedrático de Composición Arquitectónica desde 1993, y en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Miami, donde Cenicacelaya alcanzó el cargo de Dean, además de en muchos otros centros nacionales e internacionales.

Defensa y promoción de otra arquitectura

Fundaron en 1988 la revista internacional de arquitectura Composición Arquitectónica Art & Architecture, que se convertiría en un referente internacional para la arquitectura clásica contemporánea y el retorno a la tradición de la arquitectura de su tiempo. Esta revista forma parte de una amplia trayectoria reivindicativa de alternativas arquitectónicas olvidadas por el fundamentalismo vanguardista, en la que podemos encontrar la organización de exposiciones como Joze Plecnik 1872-1957, Arquitectura y Ciudad (1986), y Arquitectura Neoclásica en el País Vasco (1990), exhibidas en varias ciudades de España, así como frecuentes conferencias y clases tanto en nuestro país como en el extranjero y un gran número de publicaciones de libros y artículos sobre una amplia temática.

Su trabajo se ha desarrollado fundamentalmente en Bilbao, donde fundaron su estudio en 1983, contribuyendo desde entonces con sus numerosas intervenciones arquitectónicas en el ámbito vizcaíno a que se consolidara una forma de hacer arquitectura alejada de los corsés formales impuestos por la vanguardia arquitectónica. Abogando por hacer uso de cuantos recursos arquitectónicos pudieran ser válidos hoy en día, reintegraron las formas, lenguajes y materiales de la tradición al conjunto de herramientas disponibles para el arquitecto contemporáneo.

Obras destacadas

Entre sus obras más representativas en este sentido podemos destacar el Centro Rural de La Rigada (Musques), la sala multiusos del Colegio Sagrada Familia de Derio, el edificio de oficinas y centro cultural de Durango, la ampliación y rehabilitación de una casa en Galdácano, todos ellos en Vizcaya, y su contribución a la reconstrucción de la Rue Lacken de Bruselas.

El Centro Rural fue encargado por el Ayuntamiento de Musques para las reuniones de la comunidad local. Aloja un salón, aseos y, en una planta inferior, duchas para los que juegan en un frontón cercano. Está construido con métodos tradicionales, a base de muros de carga y estructura de cerchas madera. Se utiliza el orden toscano, como el más rural de los órdenes, en los pórticos adosados al edificio, destinados a proteger a la gente de la lluvia, y a servir de punto de encuentro comunitario.

La sala del colegio de Derio debía servir para diferentes usos: desde ceremonias y reuniones escolares, a zona de juego para los niños más pequeños en los días de lluvia, pero también como símbolo y representación del conjunto de edificios del colegio. Está concebido como un gran salón, con un muro bajo para dar privacidad desde el exterior, y grandes ventanales a un nivel superior, para tener la máxima iluminación incluso en los días más nublados. Una cubierta a dos aguas protege al edificio y crea unos frontones muy bajos.

El edificio de Durango se alza en una de las fachadas de la plaza Ezkurdi, donde se encuentra el número más significativo de edificios históricos del municipio, convirtiéndose con ello en un emplazamiento particularmente sensible. En un solar únicamente 10 metros de anchura se requerían tres accesos distintos, para una sociedad cultural y para las oficinas de las plantas superiores. Con estos condicionantes, optaron por crear una única entrada relevante que unificara las tres puertas requeridas, sin que el edificio perdiera la representatividad que su condición de sociedad cultural requería. Una amplia galería acristalada replica en las plantas superiores del edificio uno de los dispositivos climáticos tradicionales más comúnmente utilizados en las arquitecturas propias de las regiones cantábricas.

En el caso de Galdácano trabajaron sobre una casa existente, cuya existencia respetaron, rehabilitándola y añadiéndole dos nuevos volúmenes. La casa se sitúa junto a un monumento nacional: la iglesia gótica de Santa María, por lo que resultaba fundamental mantener el carácter de ese lugar y el equilibrio reposado entre lo vernáculo y lo monumental. Se reconstruyó toda la estructura de la casa, que estaba en muy mal estado. Las nuevas adiciones proporcionaron los espacios adicionales requeridos por la familia. En ellas se usaron profusamente la madera y la piedra; con la casa tradicional vasca como referente formal y constructivo fundamental.

Su edificio de viviendas en la Rue de Lacken de Bruselas formó parte de una innovadora y ambiciosa operación que fue coordinada por el arquitecto belga Maurice Culot: la reconstrucción de una calle completa que años antes había sido eliminada del tejido urbano tradicional de la ciudad para albergar un gran edificio moderno. En este conjunto, los arquitectos que contribuyeron a su recuperación, devolvieron a la zona la escala, los materiales y el lenguaje de la arquitectura marcadamente clásica que anteriormente la había caracterizado.

Además de estas actuaciones, es también destacable su contribución a la recuperación de la imagen urbana de la ciudad de Bilbao, donde se encargaron de la restauración de uno de sus más representativos edificios: el Palacio de la Diputación de Vizcaya. Esta intervención formó parte de un amplio conjunto de actuaciones que convirtieron a la ciudad en el atractivo destino turístico que es hoy en día, mérito injustamente atribuido en exclusiva a la construcción del Museo Guggenheim, que no fue sino un complemento a esta notable operación de revalorización del centro histórico y del excelente ensanche de la ciudad.

Al margen de los mencionados trabajos, durante su estancia en los Estados Unidos realizaron en Florida obras como la Iglesia de Saint John Neumann en Miami y viviendas en Alys Beach.

Su obra se ha expuesto en diversos lugares como la Fondation Pour L’Architecture de Bruselas, la Trienale de Bolonia, la Prince’s Foundation de Londres, o la Bienal de Venecia, entre otros, y han recibido a lo largo de su carrera profesional numerosos premios: Bizkaia de Arquitectura (1988 y 1989), Jóvenes Arquitectos Españoles (1990), Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro (1991, 2003, 2007), Ciudad de Burgos de Arquitectura (1992), Premio Europeo a la Reconstrucción de la Ciudad (1992 y 1995), National Builders Council of America (1997) y el Charter Award del CNU (2003), a los que se suma ahora este nuevo reconocimiento.

Galerías de imágenes

Casa en Galdakao, Vizcaya

Sala Multiusos en Derio, Vizcaya

Centro Rural la Rigada, Muskiz, Vizcaya

Restauración del Palacio de la Diputación, Bilbao, Vizcaya

Edificio de Oficinas y Centro Cultural en Durango, Vizcaya

Reconstrucción de la Rue Lacken, Bruselas, Bélgica

Ceremonia de entrega del Premio Rafael Manzano 2014

Acto celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) en octubre de 2014