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Premio Rafael Manzano
2019
Antonio María Braga y Alberto Castro Nunes comenzaron a trabajar juntos a mediados de los años 80, en un momento en el que la legislación portuguesa prácticamente impedía construir con materiales distintos al hormigón armado. Su preocupación por introducir progresivamente otros materiales tradicionales que articulasen de una forma más respetuosa sus diseños y construcciones se convirtió pronto en una constante exploración de nuevas fórmulas para dotar de solidez, funcionalidad y armonía a sus obras.
Entre sus numerosas obras pueden destacarse las siguientes:
– Los Juzgados de Vila Nova de Foz Cõa, Guarda, realizados en 1989 y situados en la Plaza Mayor de la localidad, donde se encuentran también dos de sus principales edificios históricos, el ayuntamiento y la casa parroquial. Diseñaron un edificio en forma de “L” que completara y delimitara dicho espacio público, con una torre octogonal en la esquina que sirve como entrada y se dispone en el eje de la plaza. El regular ritmo de huecos verticales y la axialidad de este acceso contribuyen a subrayar el carácter público del edificio frente a otras arquitecturas más populares que lo acompañan en torno a la plaza.
– Unos años más tarde, en 1994, finalizaron la primera fase del ANIM, el Archivo Nacional de Imágen en Movimiento, situado en Bucelas, Loures, y cuya construcción se prolongaría en ampliaciones sucesivas hasta 2004. Se trata de una institución casi única en su género, destinada a albergar, conservar y restaurar el patrimonio fílmico portugués. Se trata, por la demanda de espacio que esto supone, del edificio más grande que han construido hasta el momento. Sus 8.000 metros cuadrados se distribuyen en diferentes edificaciones, las cuales se ordenan en torno a diferentes patios. Cada una de ellas fue resuelta con lenguajes más clásicos o más vernáculos, en función de las necesidades a resolver con cada uno y del momento en el que se construyeron las mismas.
– Más al sur, en Odemira, Beja, iban a realizar un importante conjunto de edificios públicos a partir de 1995. Esta serie de actuaciones comenzó por salvar el edificio de la Casa Consistorial, cuya demolición se estaba gestando en aquel momento. En lugar de ello, rehabilitaron, transformaron y ampliaron el edificio existente, dividiendo este crecimiento en una serie de volúmenes diferenciados, de forma que se mantuvieran la jerarquía y la escala adecuadas en la plaza, que sigue hoy estando presidida por el Ayuntamiento del siglo XIX. Además, diseñaron en 1997 un Centro Municipal de Exposiciones que configura otro de los alzados de la misma plaza. Se accede a él por una arquería abierta en planta baja que proporciona un agradable y sombreado espacio en el que sentarse en este importante nodo de la vida urbana del municipio. Finalmente, en el año 2000, realizaron la Biblioteca pública de la misma localidad, situada ésta en un ámbito distinto: sobre una elevación que domina el valle del río Mira y por tanto con una gran presencia en el paisaje local. Cuenta por ello con un alzado más urbano y clásico hacia el centro de Odemira y un frente de carácter más vernáculo, torreado y con arquerías de impostas muy bajas que se abren a las vistas del valle. Estas arquerías sirven además de callejón cubierto conectando la zona alta con la del río, salvando un desnivel que se ha aprovechado para emplazar en él un teatro a cielo abierto.
– Cerca de Odemira se sitúa la Casa do Peter, realizada en 1999 con las formas y materiales propios de la región, entre los que destacan la piedra, la madera y los refulgentes encalados.
– En el mismo año realizaron, en colaboración con Léon Krier, el Museo Arqueológico de Odrinhas, Sintra. Situado junto a las ruinas romanas excavadas en torno a la atractiva y sencilla ermita de San Miguel, el programa del museo fue desgranado en un conjunto de edificios interconectados, cada uno de ellos destinado a diversas funciones. La descomposición del edificio en varios cuerpos permitió configurar tanto con ellos como con los volúmenes preexistentes una serie de bellos espacios públicos abiertos, creando una acrópolis vernácula con vocación de articular todo este ámbito de Odrinhas. Entre los diversos edificios erigidos destacan la nave basilical que alberga la principal colección lapidaria romana, el volumen que cobija la biblioteca, y el espacio cilíndrico utilizado para realizar proyecciones y representaciones teatrales.
– En el entorno de este Museo realizaron también la Escuela de Artes y Oficios de Odrinhas, terminada en 2003 y destinada originalmente a la formación de técnicos en las diversas labores de restauración que los vestigios arqueológicos del yacimiento adyacente fueran demandando y dedicada hoy por hoy a la formación en diversos oficios artesanos. Está distribuida en torno a un patio triangular y cada uno de los volúmenes que la componen fue dotado de un carácter diverso. El edificio que alberga las clases y los despachos cuenta con una arquería abierta al patio en planta baja y una logia dispuesta sobre ella. Los talleres se cubren con una estructura de madera que se prolonga sobre el patio para dar lugar a un porche soportado por pies derechos de madera. Las fachadas de ambos edificios hacia el patio están hoy muy desfiguradas por una desafortunada intervención reciente, que anula la capacidad de estos sistemas para regular la temperatura en las distintas estaciones de los espacios conectados a ellas. Hacia la calle, una torre marca el acceso principal y en su parte superior se sitúa una sala cubierta con una bonita estructura de madera.
– Continuando su relación con el cine, realizaron la sede de la Cinemateca Portuguesa en Lisboa, inaugurada en 2003. El proyecto parte de la restauración y rehabilitación de un edificio histórico, situado en el número 39 de la Rua Barata Salgueiro. Este edificio constituye el corazón de la Cinemateca y abrazándolo se erigen varios volúmenes que se prolongan hacia el interior de la manzana para definir un amplio patio al que se abren la cafetería, la librería, y una luminosa galería en doble altura. Esta última conecta con el antiguo edificio y con las salas de proyección situadas en la planta baja. Para este espacio diseñaron soportes verticales y barandillas cuyos detalles conectan este espacio con su función, inspirados en rollos de películas desplegándose por unos y otros elementos.
– Regresando al Alentejo, realizaron en 2013 la Biblioteca Pública de Portel, que completa y recompone el entorno del Convento de San Pablo, y, en 2016, el Centro de Interpretación de la Naturaleza y del Alcornocal de la misma localidad, erigido en torno al conjunto de la Ermita y la Iglesia de San Pedro. En este último se reconstruyeron y ampliaron las ruinas de las construcciones que en pasado cobijaban a quienes peregrinaban hasta este paraje.
Han escrito de forma recurrente en revistas y periódicos sobre estas cuestiones. Siendo importante también su labor en la promoción de la nueva arquitectura tradicional en Portugal.
En sus últimos trabajos utilizan sólo materiales naturales y locales y cuentan entre sus principales éxitos el estar logrando construir viviendas particulares sin hacer uso de un solo saco de cemento Portland.
La ceremonia de entrega del Premio Rafael Manzano 2019 tuvo lugar la tarde del 17 de octubre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
El acto fue presidido por Pedro de Borbón Dos Sicilias, Duque de Calabria, Richard H. Driehaus, filántropo americano que apoya esta iniciativa; Fernando de Terán, presidente de la RABASF; Robert Adam, presidente de INTBAU UK y del Jurado de este Premio y Rafael Manzano Martos.